lunes, 26 de octubre de 2009

La alpujarra tierra de cuentos y leyendas.

Fuente: libro de visitas de cadiar-alpujarra.com


Los alpujarreños desde nuestra más tierna infancia siempre hemos sido muy aficionados a las historias de misterio. Probablemente porque forma parte de nuestra rica tradición oral. ¿Quién no ha escuchado por voz de nuestros mayores un cuento, un relato o una leyenda?

Relatos con viso de realidad o no, eso carece de importancia.

¿Cuántas historias no se habrán contado al calor de una chimenea o en una noche de verano al fresco?

Entierros con el muerto "muy vivo" golpeando desesperadamente el ataúd en su último viaje al cementerio. Brujas que echaban "el mal de ojo" por encargo. Hechiceras que realizaban sortilegios y extraños brebajes que cautivaban al esquivo amor. Almas errantes que deambulaban por las calles y caminos del pueblo en noches frías de invierno "la Santa compaña" o "las animas". Historias de fantasmas o espectros en viejos caserones. Cuevas misteriosas en las que se encuentran grandes precipicios que se hunden en el abismo más profundo, y que ocultan en su interior tesoros misteriosos de la época de los moros. Leyendas de princesas moras que mueren por amor y tristeza. Manadas de lobos que sorpresivamente asaltaban al solitario caminante cuando volvía a casa, y que tenia que espantar con el fuego de las cerillas.
Animales misteriosos y extraños, como aquella famosa culebra de proporciones descomunales, y que decían haber visto varios vecinos, con capacidad hipnótica sobre las bestias a las que paralizaba por completo, cuentan que cuando "la nube" el río se la llevó y no se volvió a saber de ella.
"El asustaviejas". El conocido "hombre del saco" o "el mantequero", o personajes reales de la época que servían para alimentar las pesadillas y los miedos de los niños ("si no te portas bien vendrá "el Lute" y te llevara"). Historias de legendarios bandidos, o de los hombres de la Sierra "los maquis" que marchaban por esas tierras de Dios negándose a aceptar la derrota en la guerra y realizando visitas inoportunas en plena noche a los asustadizos cortijeros. Santos y Santas, apariciones y sanaciones milagrosas, "Santa Rita"- abogada de lo imposible- realizara un milagro si cumples con la manda, "San Blas" te sanara de la garganta si te cuelgas un estadal.

Y qué decir de aquellos otros personajes misteriosos, enigmáticos y reales como la vida misma sobre los que circulaban infinidad de leyendas urbanas. Las aventuras de "Melchor", trotamundos que aparecía y desaparecía como el Guadiana, y del que se contaban infinidad de aventuras, ciertas o no. "María Chacón" señora de una de las familias más adineradas de Cádiar, mujer muy devota y religiosa, que sin embargo siempre tenía un aspecto descuidado y de la que decían que vivía sin las comodidades que por su condición podría permitirse, su casa era la actual casa consistorial o Ayuntamiento, y según dicen, murió abrasada porque dormía sobre un lecho o colchón de farfollas que se prendió fuego con una vela al no disponer de luz eléctrica. O "Juan el Herrauro" personaje que después de la contienda española se alistó en la División Azul y marchó a luchar al frente Oriental en la Segunda Guerra Mundial, desapareció y se le dio por muerto, sin embargo, después de muchos años apareció por Cádiar completamente enajenado por los horrores de la guerra que le toco padecer, su aspecto era muy desaliñado con largas barbas y pelo largo, solía llevar colgado del cinto un gran manojo de llaves que no habrían ninguna cerradura, en su locura solía decir "Yo soy Dios y en mi barriga se mueve el mundo".

Historias, relatos, cuentos, leyendas, personajes, creencias, supersticiones que más da. Ahí están y forman parte de nuestra cultura. Quien quiera creer que crea y quien no…

LA ALPUJARRA MISTERIOSA.

Fuente: libro de visitas de cadiar-alpujarra.com
 
 


Escribía Washington Irving, allá por 1832:

"El pueblo español ama la fantasía y narra, a la manera oriental, historias maravillosas. En las noches de verano se agrupan en las puertas de sus casas o al alrededor de las grandes y profundas chimeneas de las ventas, durante el invierno, escuchan con verdadero deleite las leyendas de santos, las aventuras de los viajeros y las hazañas de los bandidos y contrabandistas.
A ello contribuye el abrupto aspecto del país en algunos parajes, la escasa difusión de la cultura, la escasez de temas interesantes de conversación y la aventurera y romántica vida que necesariamente se lleva en una tierra donde los viajes se realizan aún como antaño, aumenta esa inclinación por las narraciones de viva voz y a que, lo que contienen de increíble y extravagante, produzca un fuerte impacto en la mente."
IRVING, W. Cuentos de la Alambra.
S.A. de Promoción y Ediciones.
Club Internacional del Libro. Madrid, 1983. Pp 13.

Gerald Brenan en los años 30, nos decía:
"Solía entretenerme recogiendo coplas o canciones populares y anotando en un cuaderno creencias y costumbres de tipo folklórico. Puesto que ningún cuadro de la vida aldeana española resulta completo si carece de la narración de este tipo de cosas... "
BRENAN G. Al sur de Granada.
Siglo XXI de España Editores. Madrid, 1983

Y más tarde, Jean Christian Spahni (años 50), afirmó:
"A pesar de su apego a la Iglesia católica, los alpujarreños son supersticiosos. Sus miedos se traducen en la creencia en fantasmas, en buenos y en malos espíritus (duendes) que, por la noche, llaman a las puertas y ventanas, revuelven muebles y poseen el extraño poder de metamorfosearse en animales...

LIMPIEZA DEL CEMENTERIO.

Fuente: libro de visitas de cadiar-alpujarra.com (infocadiar@gmail.com)
 

El Ayuntamiento de Cádiar ya ha realizado las labores de acondicionamiento y limpieza de los cementerios de Cádiar, Narila y Yátor.

Recientemente, se han reparado algunos detalles que estaban pendientes de arreglar de la pista del cementerio de Cádiar, que fue asfaltada en este verano pasado, detalles como el acceso a las fincas limítrofes y la entrada a la placeta, así como el acondicionamiento de las cunetas.

En un futuro inmediato está previsto continuar con los trabajos de realización de nuevos nichos, tanto en Cádiar como en Yátor y Narila.