domingo, 2 de mayo de 2010

PRESENTACIÓN DE LIBRO EN CÁDIAR

Fuente: libro de visitas de cadiar-alpujarra.com

El próximo día 4 de mayo, martes, tendrá lugar en el Salón de Actos de la Mancomunidad de Municipios de la Alpujarra (en Cádiar) a las 19'30 horas el acto de presentación del libro "Heroinas Anónimas", escrito por Ana María Callejón Callejón.
El prólogo correrá a cargo de Marina Subirats Martorí.

Organiza el acto: "La Concejalía de Igualdad" del Ayuntamiento de Cádiar.

DÍA DE LA CRUZ EN CÁDIAR

Fuente: libro de visitas de cadiar-alpujarra.com


El pasado día 1 de mayo, sábado, se celebró en Cádiar el "Día de la Cruz". La Asociación de mujeres "8 de marzo" fueron las encargadas de confeccionar una magnifica Cruz en la fuente del vino que se adornó con flores y macetas de las propias socias. También montaron un chiringuito en la plaza de la Iglesia donde se pudo degustar unas "buenisimas" tapas realizadas por ellas mismas.
En el blog de la asociación se pueden ver unas fotos del evento.

PRÓXIMOS CONCIERTOS DEL GRUPO DE ROCK LOCAL ALPUJARRA LIBRE.

Fuente: libro de visitas de cadiar-alpujarra.com
 


-El viernes 30 de abril a las 22:00 horas en Balerma(El Ejido).

-El domingo 13 de junio a las 14:00 horas en Cádiar (Fiesta de los Antonios).

-El viernes 18 de junio a las 22:00 horas en Guevejar (Granada).

-El viernes 2 de julio a las 22:00 horas, en Cortijos Nuevos (Jaen).

Fuente de la Información: www.alpujarralibre.es

"EL SEÑORITO GERARDO". 2ª PARTE.

Fuente: libro de visitas de cadiar-alpujarra.com
 
EL SEÑORITO GERARDO


Continuación del artículo publicado en "la Revista de la Casa de Cádiar, Yátor y Narila" por Francisco Alcázar en su edición nº 26.

"EL SEÑORITO GERARDO". 2ª PARTE.

Volvamos a Gerald Brenan, o sea, el señorito Gerardo. Buscó un lugar económico donde pasar un tiempo y se encaminó "al sur de Granada", a la comarca de La Alpujarra. Visitó distintas localidades; a punto estuvo de alquilar una casa en los Bérchules, y, finalmente, se acomodó en Yegén donde vivió unos años. Gerald Brenan, o sea, el señorito Gerardo, recibió la visita de sus amigos, famosos intelectuales, particularmente del llamado grupo literario de Blomsbury. A Yegen volvió en algunas ocasiones y adquirió conocimientos y experiencias que son la base de su libro más leído "Al sur de Granada". ( Esta revista se hizo eco en su momento de una película de igual título; siento no poder opinar sobre su valor documental). Libro escrito en inglés, que el autor, en una entrevista muy posterior, lamentó que se hubiera traducido al español.

Los personajes aparecen con nombres supuestos para así preservar su intimidad, particularmente aquellos que no salen muy bien parados. La intención fue buena pero no el resultado: en los pueblos todos nos conocemos aunque se cambie el nombre, y, además, se le agrega a la persona afectada otro sobrenombre que puede convertirse en apodo. A pesar de los tópicos y algunas inexactitudes el libro resulta informativo, sobre todo para los que no son del terreno.

En Cádiar estuvo varias veces y la define como"una aldea grande y próspera". De su paso camino de Yegen con un amigo es el siguiente párrafo: "Llegamos a Cádiar poco antes del anochecer y para entonces Lytton se encontraba tan exhausto que manifiestó que no podía seguir adelante. Subimos a la posada y buscamos la mejor cama, pero un vistazo le hizocambiar de opinión y decidió continuar". Poco a poco, el que despreciaba a las españolas y afrentaba los vicios del cacique de pueblo, fue metiéndose él mismo en este papel, con notables resultados "Cuando herede el dinero de mi tía abuela –confiesa- encontraré una de estas sensuales muchachas de cabellos negros y tez morena y la haré mi querida". Antes de que llegara el dinero de Inglaterra consiguió su objetivo, para ello"utiliza el viejo truco de enseñarla a leer y escribir hasta llegar al objetivo propuesto de entablar una relación apasionada". Es perfectamente comprensible que una adolescente, casi niña, se sintiera seducida por un hombre que en apostura, en cultura y aun en frescura no tenía parangón con los mozos rústicos del lugar. Luego vino un largo rosario de engaños, celestinas, renuncias, ausencias, chantajes, encuentros, desencuentros, añoranzas, vidas rotas…entre el inglés, la rústica lugareña y la hija de ambos, Elena y luego por nombre Miranda, o Miranda Helen. La peor parte de este auténtico culebrón le cupo, estaba cantado, a la madre de la criatura, Juliana Martín Peregrina. (En el libro del que recojo estas citas, "Crónica de Gerald Brenan", de Antonio Ramos Espejo, Centro Andaluz del libro, S.A., Málaga, 2002, encontrará el lector abundante información, de la que destacaría la larga entrevista con Isabel, la hermana de Juliana, en enero de 1989, págs. 43-45. Desgarradora la conclusión de Isabel: "Esto no es más que una historia de pobres").

Nuestro autor se interesó también por la literatura española. Hasta se atrevió con un breve ensayo sobre san Juan de la Cruz. Cabe preguntarse hasta qué punto el flemático, anglicano y elegante escritor establecería la necesaria empatía con el apasionado, católico y pequeño gigante de la poesía barroca española. Gerald Brenan, o sea, el señorito Gerardo, continuó escribiendo relatos de viajes que describen la España de los cincuenta y artículos para la prensa, pero, sin duda alguna, es el ya citado libro "Al sur de Granada" el que más fama le dio y el que más nos puede interesar a los alpujarreños.
Es justo reconocerle a este autor la labor divulgadora que ha supuesto para La Alpujarra. Ignoro en qué parte será responsable de que con nosotros viva una importante y creciente colonia de ingleses que nos honran con su presencia.

Gerald Brenan, o sea, el señorito Gerardo, alternó su vida entre España y Gran Bretaña. Prefirió pasar sus últimos días en Andalucía y fue recibido con todos los honores por las autoridades andaluzas, muriendo en la localidad malagueña de Alaurín el Grande el 19 de enero de 1987 Descanse en paz el señorito Gerardo. Y también sus allegados.

Fuente de la Información: Revista de la casa de Cádiar, Yátor y Narila. Artículo publicado por Francisco Alcázar.