martes, 25 de mayo de 2010

FIESTA DEL BARRIO DEL TRANSFORMADOR

Fuente: libro de visitas de cadiar-alpujarra.com
 

El próximo día 28 de mayo,viernes, se celebrará la "Fiesta del Transformador" en la calle Real de Cádiar. En esta fiesta se puede disfrutar de un ambiente entrañable y familiar con los vecinos del barrio. Este año es el 5º aniversario de la fiesta, que como todos saben surgió cuando se decidió trasladar y derruir el viejo transformador.
Tendrán como todos los años un programa variado de actividades: habrá atracciones para los más pequeños, actuación del "Trío Júpiter" y degustación de las ya tradicionales tapas que eleboran ellos mismos (caracoles, careta guisada y este año como novedad parece que tienen previsto sorprendernos con una tapa también muy conocida por aquí en la feria).

En definitiva, una fiesta pequeñita, en la que suele imperar el buen rollo y la diversión. Desde aquí os animamos a participar.
 

PLENO ORDINARIO

Fuente: libro de visitas de cadiar-alpujarra.com


El próximo jueves día 27 de mayo tendrá lugar en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Cádiar, a las 21 horas de la tarde, el Pleno Ordinario correspondiente al mes de mayo.

Fuente de la Información: Ayuntamiento de Cádiar.

NARILA 1678 O UN SACRISTÁN EN APUROS.

Fuente: libro de visitas de cadiar-alpujarra.com


El día 5 de noviembre de 1678 Julián Jiménez, a la sazón sacristán de Narila, fue apresado por la justicia y puesto en la cárcel del lugar, a continuación, con asistencia de escribano y testigos, pasaron a su casa y sacaron media fanega de cebada que vendieron a un panadero en precio de 12 reales. ¿Qué había ocurrido para que nuestro sacristán se encontrase en semejante apuro? La historia, que puede ser anecdótica en principio, nos revela algunas de las muchas aristas de la vida en el siglo XVII… y hasta del actual. Comencemos por el principio.

Cuando el 28 de mayo de 1678 llegó al puerto de Málaga un barco procedente de Orán, nada hacía pensar que fuese una nave distinta a cualquier otra de las muchas que a diario arribaban a puerto. Desembarcada la tripulación y el cargamento, tras mentir el capitán sobre su procedencia, los marineros se hospedaron en tierra. Al día siguiente murió un muchacho de los recién llegados, sin haber tiempo para suministrarle varias personas dieron muestras de contagio. La sintomatología era clara: pústulas, tumores en axilas e ingles y calenturas, igual que había ocurrido en 1637 y 1649. Estaba claro que se trataba de peste, pero hubo doctores que dudaron de este diagnóstico. Se inició una agria polémica entre los galenos malagueños zanjada por los catedráticos de la Universidad de Granada D. Marcos Antonio Checa y D. Ángel Lorenzo, destacados a Málaga por la Real Chancillería, que erraron su diagnóstico no dando importancia a la enfermedad. Se relajaron así las medidas preventivas adoptadas, se rompió el aislamiento de los enfermos y las medidas higiénicas volvieron a los cauces normales. Resultado, la enfermedad se extendió por toda la ciudad y, de allí, a toda Andalucía.

Hasta aquí la versión de la entrada de la epidemia vía Málaga. Hay otras versiones que la inician en Cartagena hacia 1676 extendiéndose por Mojacar y Vera hacia Almería y el resto de Andalucía (posiblemente se tratara de distintos brotes de una misma epidemia, obsérvense los puntos de arranque: puertos con tráfico de personas y mercaderías de las más diversas procedencias). La epidemia se prolongó hasta 1680/81, se calcula que murieron unas ocho mil personas, sólo en Málaga, atacando especialmente a mujeres y niños que fallecían al quinto o sexto día de contagio.

Todo esto, además de ilustrarnos someramente sobre una de las plagas casi endémicas de nuestro siglo XVII, viene al hilo de un documento que, por casualidad, he tenido la oportunidad de consultar. Tiene fecha de 14 de octubre de 1678 y comienza de la forma siguiente: "En el lugar de Narila de las Alpujarras en catorce días del mes de octubre de 1678 años el concejo justicia y regimiento de este lugar es a saber el alférez Marcos Jiménez y Juan González alcaldes Luis Pérez regidor estando juntos en cabildo como lo acostumbran dijeron que por cuanto se les ha dado noticia por el alcalde mayor de este partido como la ciudad de Málaga está tocada de mal contagio que conviene a la buena administración de justicia y bien común que se guarde con la custodia a que tal caso pide y cumplido con lo que les toca acordaron…". (He conservado la puntuación, pero he actualizado la ortografía). Es decir que, entre vacilaciones de los médicos a la hora de definir si había contagio o no y comunicar el estado de emergencia al resto de reino, habían transcurrido cuatro meses y medio, con el verano de por medio. La noticia se comunica al alcalde mayor del partido de las Alpujarras, cargo cuyas competencias incluían adoptar las medidas oportunas, y éste lo hace llegar a las distintas poblaciones de su jurisdicción en el intento de evitar el contagio epidémico.

Las medidas contra cualquier epidemia, fundamentalmente peste en el siglo XVII, eran pocas y de relativa eficacia, más enfocadas a una erradicación divina de la enfermedad que a un remedio humano. La medicina de la época poco podía hacer, se creaba una junta que tomaba las decisiones concretas, el incremento de las medidas higiénicas (barrido y regado de calles, hogueras de plantas aromáticas purificadoras, quema de la ropa de enfermos y muertos, prohibición de sepelios en las iglesias, enterramientos en lugares específicos…). La interpretación de la enfermedad como designio o castigo divino se concretaba en la procesión de imágenes piadosas (si no eran prohibidas por la autoridad, como el Corpus de ese año en Málaga), los actos de penitencia, novenarios, etc... Pero lo único que realmente había demostrado su eficacia era el aislamiento de las poblaciones y de los enfermos en lugares apartados.

A tal efecto se aplicó el consejo de Narila, igual que el resto de poblaciones, acordando que "…el camino que viene de Mecina se tape y se manden por la lomilla bajando del camino de la Cruz Blanca que por allí se les da la entrada y que el camino real que va a Cádiar se tape y la entrada a este lugar la tengan por el camino del río y que el camino que sale del barrio alto para el molino se tape y se vaya a el molino el río arriba bajando del cual camino a el que hay para la taha de Pitres lo cual se las haga saber a todos los vecinos de este lugar y el que rompiere la cerca que en dichos caminos se hiciere será castigado como se hallare en derecho y dos caminos que quedan que son el que viene de la villa de Ugijar y el que sale para la taha de Pitres se guarden con todo cuidado y para ello se hagan los vecinos de este lugar dos cuadrillas no reservando persona alguna para que los guarden así de día como de noche con la guardia y custodia que el caso requiere… con apercibimiento que la persona que le tocare guardar el día y noche que se les señalare y si no lo cumpliere se castigará como se hallare por derecho…".
Se hicieron dos cuadrillas, una para cada camino, y se formaron sendas memorias con los cuarenta y nueve vecinos que correspondieron a cada una (lo que nos da una idea de la población real del pueblo). En una de las listas figuraba nuestro sacristán del principio. Habían transcurrido ya 20 días de aislamiento, estamos en 5 de noviembre, cuando fue requerido para hacer su guardia, a lo que se negó alegando que no le correspondía. Ante la negativa, los oficiales se vieron en la necesidad de buscar otra persona, las guardias se hacían por parejas, que le sustituyese y comunicarlo al consejo.
Reunido este adoptó las medidas arriba expuestas de encarcelarlo e incautar bienes que cubrieran los ocho reales que había costado la persona de recambio y las costas del proceso.
Desconocemos si el contagio llegó a Narila, pero este documento nos informa de una predisposición a actuar férreamente ante la epidemia, seguramente por desagradables experiencias anteriores. También nos aproxima a las vías de comunicación de la época, incluso a la alimentación (se vendió media fanega de cebada al panadero, cabe preguntarse ¿pan de cebada?), podríamos seguir buscándole aristas y encontraríamos muchas más. Pero me quedo con la última: la que parece intemporal predisposición genética humana en general, y creo que, a falta de estudio científico más definitivo, gen dominante entre los españoles en particular, de intentar eludir nuestras responsabilidades, como se dice coloquialmente escurrir el bulto, incluso en las circunstancias más precarias y urgentes (verbi gratia: a mi no me toca, yo no he sido, esto es de fulano, yo no estaba, ¡uf! no puedo, estoy estresado… y una infinidad de expresiones sinónimas, suficientemente conocidas por todos, de nuestra riquísima lengua). El arriesgarnos a un mal, no sólo para nosotros mismos sino para toda la comunidad, por no incomodarnos, por mantener nuestro minúsculo interés a salvo, incluso por regodearnos en nuestro más profundo ego pensando "me escapé…. ¡Ya lo hará alguien!", aunque en muchas ocasiones el "otro" lo haga… demasiado tarde.

Fuente de la Información: Artículo publicado en "la Revista de la Casa de Cádiar,Yátor y Narila", edición nº 27, escrito por Don Antonio Ceballos.

REUNIÓN DE LA DELEGADA DE GOBERNACIÓN DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA CON LOS ALCALDES DE LA COMARCA DE LA ALPUJARRA EN CÁDIAR.

Fuente: libro de visitas de cadiar-alpujarra.com


11,30 horas: La delegada del Gobierno andaluz en Granada, María José Sánchez, se reúne con los 27 alcaldes de la Comarca de la Alpujarra.
Sede de la Mancomunidad de Municipios, plaza de España, 12 en Cádiar.
Abordarán entre otros temas, las necesidades de reformas en las infraestructuras viarías en la zona y las previsiones de inversiones públicas de la Junta de Andalucía en la Comarca.

COMIENZO DE OBRAS DEL PARQUE DEL CURA.

Fuente: libro de visitas de cadiar-alpujarra.com

El pasado lunes, día 24 de mayo, comenzaron las obras de replanteamiento del "parque del Cura" (parque situado junto al Centro de Salud en la entrada del pueblo).
Las obras contemplan la remodelación completa del parque, se colocará nuevo acerado ampliando las zonas de uso público, nueva iluminación y se instalará un monolito en la zona central.