lunes, 14 de diciembre de 2009

LA MATANZA, 2ª PARTE.

Fuente: libro de visitas de cadiar-alpujarra.com


En el día de hoy, trasladamos la segunda parte de la fantástica crónica de la "Matanza" que realiza nuestro paisano "PAVIBARNA" en el FORO-CIUDAD de Cádiar.

EL DÍA DEL GASTO.

El día del gasto ya no se madrugaba tanto, ni hacía falta tanta gente para deshacer el m... De hecho, a primera hora sólo venía "el mataor" y con la gente de casa ya nos arreglábamos.
Eso sí, se repetía el ritual del día anterior. En la casa ya se preparaba la mesa con el "piscolabis" tradicional,frutos secos, dulces, café, vino y "las copillas". Se descolgaban a las víctimas, se las tendía sobre una mesa grande y recia y se despedazaban. Se apartaban los diferentes trozos según su utilidad y se limpiaban bién y arreglaban los jamones, brazuelos, ojas, espinazos, caretas etc. todo lo que se había de salar. Se iban poniendo los jamones primero, una buena capa de sal gorda, encima o al lado los brazuelos, después las ojas de tocino y por último todas las menudencias: espinazos, caretas etc. porque era lo primero que se sacaba de la sal. Lo último los jamones y brazuelos, qúe tenían que estar un día de sal por kilo de peso. Así un jamón de 10 kg tenía que estar 10 días en sal y así sucesivamente.
Hacia las 9 o las 10 llegaban la matancera y las demás mujeres, se picaban los reaños para freir los chicharrones, que se acompañaban con morcilla frita también y un buén tazón de café con pan de aceite o buñuelos o las dos cosas. A mí, los chicharrones, era de las cosas que más me gustaba comer ese día. Después de comer, los hombres se iban a dar una vuelta a sus campos y las mujeres limpiaban las carnes, separaban y pesaban para hacer los diferentes embutidos: salchichón, longaniza de carne, longaniza de papas, chorizo, sobrasada, blanquillo. Se cocían los pimientos coloraos para hacer los adobos y las longanizas. También había que cocer los huesos, y casquería para elaborar el rico blanquillo. Otras mujeres, normalmente las abuelas, preparaban la comida del medio día: unas ricas sopas de pimentón con boquerones frescos, una asadura en salsa con papas fritas gordas y un flan o un arroz con leche de postre. Quiero evocar aquí a "Teresa la de Hilario", magnífica vecina y amiga de nuestra familia desde el tiempo de nuestros bisabuelos, que en mi casa nos hacía siempre la asadura en salsa riquisima, "bocatto di cardinale" . Aún la recuerdo machacando almendras fritas, pan, azafrán, ajo, perejil, orégano, cominos y no me acuerdo de más, para la salsa de las asadura. Una gran cocinera, acostumbrada a "aviar" para mucha gente y que todo lo que cocinaba era de estrella michelin pa arriba.

A la hora de comer nos juntábamos todos otra vez. En esta ocasión, cada uno comìa las sopas y asadura en su plato, menos el postre que lo comíamos todos como ya expliqué para las migas, o sea: en la misma bandeja o fuente. Las chirigotas y bromas se sucedían incesantemente y el jolgorio general era la tónica del día.
Después de comer quedaba el último apretón de trabajo para las mujeres: picar las carnes y elaborar los embutidos que ya mencionamos. También había que adobar las costillas, papadas y lomos y llenar el salchichó, las longanizas, sobrasada, chorizo.

Al oscurecer, volvían los hombres y se ponían a jugar a las cartas, la brisca, la ronda, al paulo, el siete y medio etc. Los niños seguíamos en el meceor, gambalá va y mecía viene con sus correspondientes cantinelas. Las abuelas ultimaban "el guisaillo " de carne de algunos huesos del prota más pollo, conejo y hasta pato algunas veces. Se volvía a comer asadura y morcilla frita y un potaje de castañas, flan con galletas o arroz con leche, de postre.
En mi casa, después de cenar ese día, siempre se cantaban los remerinos y romances tradicionales -entonces- de nuestro pueblo. Mis padres y algunos de mis tíos cantaban muy bién, después nos fuimos incorporando las segundas generaciones: mi Paco, y yo mismo nos gustaba cantar y hacíamos lo que podíamos. Se empezaba con el clásico "Debajo de los laureles"...tiene mi niña la cama. "Llevan las molineras", "Soledad", "Por la calle abajito", "En el mar hay una isla", algunos villancicos y casi siempre se acababa con alguna estrofa de los cantos de S. Blas, patrón nuestro. Y así hasta el otro año si Dios quiere.
Saludos.

Fuente de la Información: Mensaje editado en el Foro-Ciudad de Cádiar por "PAVIBARNA".