domingo, 18 de octubre de 2009

Las huellas del paisaje: EL BARRIO BAJO.

Fuente: libro de visitas de cadiar-alpujarra.com (infocadiar@gmail.com)
 
A Continuación les vamos a trasladar un artículo publicado en la última edición (nº 36) de la revista de la "Casa de Cádiar, Yátor y Narila" correspondiente al mes de octubre y escrito por Paco Alcázar:
Las huellas del paisaje: EL BARRIO BAJO.


A Luís Ortega, que anduvo por diversos países, conoció otros ambientes, vivió diferentes culturas y ha vuelto a su barrio natal. Por algo será.

El Barrio Bajo de Cádiar es el primero que se encuentra el viajero si accede por el sur; ocupa la parte más baja del pueblo, aunque esto no es del todo cierto. Y nada más. Pues ni el Barrio es bajo, sino bien airoso se yergue sobre una ladera, con hermosas vistas a Sierra Nevada, ni sus habitantes tienen asomos de lo que vulgarmente se entiende por "barriobajero". El Barrio Bajo mira de frente, tratando de tú al resto del pueblo. Barrio alegre, aseado, salubre, bien comunicado y apto para vivir con calidad. En realidad, bajo la denominación se engloba a un conjunto de calles y plazuelas, siendo los nombres más conocidos la era de la Ermita y el Barrio Humo, entre otros que aparecerán en su momento.
La larga historia del barrio: origen, desarrollo, actividades… quedó determinada desde un principio por su emplazamiento. Pocos casos encontraremos donde un solo factor dominante sirva para explicar todo lo demás, o al menos para ayudarnos a dar una descripción inteligible.
Desde remotos tiempos se establecieron en la ladera pedregosa del cerro algunas familias. Lo suficientemente cerca del río para servirse de su agua, piedras, alamedas, y lo suficientemente elevado para esquivar el exceso de humedad que conlleva su corriente, uno de los mayores inconvenientes que tiene el emplazamiento del pueblo. Delimitando al norte por el Barranco Lugar y al este por el Guadalfeo, dos flancos que actúan como defensas. Por el este continua ascendiendo el cerro y por el sur se pone en contacto con el que fue poblado del Portel, del que tenemos constancia de su presencia hasta el siglo XVI. A veces el término Barrio Bajo incluye también al Presillo y El Calvario unificados por un elemento: La Fuente del Calvario. Esta fuente, actualmente enterrada, la cita expresamente el Diccionario Madoz del siglo XIX : "..(el pueblo tiene cuatro fuentes, entre las cuales solo la del Calvario conserva siempre la misma cantidad de agua". Los límites del Barrio Bajo son tan naturales que se conservan hoy, como antaño, con muy ligeros retoques.
Accedemos al barrio por su vía principal. Calle Real Baja. Entrando por el Calvario y pasando el puente del Barranco Lugar. Aquí hay una fuente con pilón para que beban los animales. Nosotros también debemos echar un trago antes de encarar la Cuesta la Ermita que nos llevará a la Era del mismo nombre y a la residencia del patrón del pueblo, la Ermita de san Blas. Cuesta empinada que hacía resoplar a los mulos cortijeros de la Contraviesa y bajar con precaución a la caída de la tarde otoñal a los campesinos que volvían cargados de higos y uvas. A la derecha, con vistas al río, se inicia la calle Zacatín que abordaremos luego por la otra entrada.
Al coronar la cuesta y tras un giro a la izquierda, la vista descubre en un altozano la Ermita de San Blas. Posiblemente en este lugar hubo una mezquita, aunque yo no poseo datos que lo certifiquen. Data del siglo XVIII y ha sido reparada varias veces. De dimensiones bastante aceptables, tiene planta de cruz latina. Tras el altar un retablo cobija la imagen del patrón de Cádiar, san Blas. A ambos lados en hornacinas más pequeñas, Santa Maria de la Cabeza y santa Teresa de Liseux. A nuestra derecha la imagen de San Isidro y a la izquierda la del Corazón de María. Posee torre con campana, el popular "Campanillo de San Blas".
Salgamos al lugar más importante y popular del barrio, su centro un amplio espacio casi cuadrado con árboles y una fuente: es la era de la Ermita. Una especie de "plaza mayor" alegre y bulliciosa. Donde los niños juegan al trompo, la rayuela…, los mozos compiten a la barra, las mujeres van por agua, los mayores toman el sol…. Lugar de verbenas y saraos. Aquí se congregan los cadiareños para recibir y acompañar a san Blas en su anual visita a santa Ana en la Iglesia del pueblo. Allí estará de "vacaciones" desde el seis de enero al tres de febrero, su onomástica. La noche del dos al tres sus vecinos no paran de llamarlo volteando sin cesar el campanillo de la torre de la ermita. No puede, ni quiere negarse a tan importante reclamo y volverá a su casa. Hasta el año siguiente que se repetirá la "excursión". Una nana, compuesta magistralmente por José Luís Prast y que interpretó con gran éxito el grupo "Alcadí" en Mecina-Yégen, año 2006, nos lo describe bellamente: "Campanillo, campanillo,/campanillo de san Blas,/ no despiertes a mi niño,/ que lo acabo de acostar/. Toda la noche tocando/ con su eterno repicar/ toca que ya viene el santo/ y hasta Reyes no se va…" Y el popular estribillo que resuena en nuestra alma con ecos de campana: "San Blas, san Blas,/ tú te vienes, tú te vas,/ por la calle Real".

Hasta aquí la primera parte, del maravilloso paseo por el "Barrio Bajo" al que nos invita nuestro paisano Paco Alcázar, mañana continuaremos de su mano recorriendo los hermosos rincones de este barrio tan popular y tradicional de Cádiar.
Continuara…..

Fuente de la información: Revista de la Casa de Cádiar, en su edición nº 36 del mes de octubre. Artículo escrito por Paco Alcázar.