lunes, 21 de diciembre de 2009

EL ÚLTIMO CARTERO DE VOCACIÓN

Fuente: libro de visitas de cadiar-alpujarra.com

Como el personaje de la antigua serie de Televisión Española 'Crónicas de un pueblo', José Enrique Carrasco Sáez sigue usando una gruesa cartera de piel de vaca para repartir la correspondencia en la localidad alpujarreña de Cádiar. Carrasco nació en Granada capital hace 46 años. En 1981 comenzó a trabajar en el Cuerpo de Correos. «Hice los pueblos de la provincia y los distritos peatonales de Granada capital. Desde 1992 ejerzo en Cádiar. Mi vieja y querida cartera de piel de vaca, la A-1, perteneció a mi amigo Vicente, el antiguo cartero de Cádiar», recuerda.
Este hombre que se conoce mejor que nadie las calles de pueblo, y quienes la habitan, recuerda que su cartera «pesaba cinco kilogramos cuando se estrenó hace más de medio siglo. El cuero tenía medio centímetro de grosor. Ahora, con los muchos roces ha menguado un poco su peso y espesor. La cartera ha sido remendada muchas veces. La repara José, el antiguo zapatero de Cádiar. Yo soy el único que sigue utilizando una cartera de cuero de vaca para el reparto por estos y otros lugares. Y disfruto cuando la llevo al hombro. Mi cuerpo se ha hecho a ella. Las carteras que ahora se usan son de un material más sencillo, de un tipo de plástico ligero, pero a un servidor le gusta la tradicional. En mi cartera transporto hasta veinte kilogramos de correspondencia», señala.
«Yo reparto en el casco urbano de Cádiar. Las otras tres personas de reparto de esta localidad, entre ellas mi mujer, salen a cumplir su cometido a otros pueblos y cortijadas del alrededor. Yo me considero cartero vocacional. Soy hijo del cuerpo de Correos. Cuando aprobé unas oposiciones de rural, fui a trabajar a Castell de Ferro. Mi mujer, Celia, también reparte en Lobras, Tímar, Narila, Yátor, en parte de Cádiar y en un montón de cortijos. Yo conozco en Cádiar hasta el nombre de las mascotas. Al perro que veo le llamo por su nombre», presume.
José Enrique, el mensajero de las buenas y malas noticias, el que llama a algunas puertas más de cuatro veces, el que nunca falla sin importarle la lejanía es, algunas veces, más que un cartero. «Algunas personas mayores, que no saben de letras, me han pedido que les lean las cartas que les entrego. Yo acato sus peticiones con mucho gusto. Otras veces entrego la correspondencia en una casa y su dueño me dedica un trovo. Soy un enamorado de la Alpujarra y me gusta respetar a las personas».

Fuente de la Información: IDEAL.es (21-12-2009)

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