domingo, 29 de noviembre de 2009

LA MATANZA

Fuente: libro de visitas de cadiar-alpujarra.com
 
Hoy domingo, 29 de noviembre, os vamos a trasladar el contenido de un mensaje publicado recientemente en el Foro-Ciudad de Cádiar por nuestro paisano "Pavibarma". En dicho mensaje, nuestro paisano, nos hace una brillante descripción de la matanza, y de las constumbres y tradiciones que rodeaban este acontecimiento.

POR SAN ANDRÉS.....

Por S. Andrés mata tu res y dale pita a tu tonel... Pués sí, ya estamos en el tiempo en que -hace 40 años-, en las calles de nuestro pueblo se empezaba a oler a matanza, primero a cebolla cocida, a pan casero recién hecho, a pan de aceite y tortas en lata -las antiguas y magníficas TORTAS EN LATA DE ROSA LA CARACOLA, para mí gusto muy superiores a las que actualmente elabora su nieto-. En casa de mi abuela paterna se hacían "Tortas de Litines", después de cocer el pan, muy parecidas a las tortas en lata -también se cocían en una lata, hecha por los gitanos Pepe y Vicente, con una "lata de aceite "Campsa", para los coches".

De hecho, la matanza se empezaba a preparar cuando se compraban los lechones unas semanas después de hacer la matanza anterior. En un magnífico artículo -como todos los suyos- Paco Alcázar describe la función recicladora del ..... en una casa -no pongo el nombre, no sea que me censuren el escrito, como ya me ocurrió no hace mucho-.

El "chancho" -que dicen en Sudamérica- una vez puesto a punto del sacrificio, daban comienzo los preparativos reales de la fiesta. Aparte de asegurarse una buena cosecha de cebollas y alguna que otra calabaza marr... para la rica morcilla. Pasada la Feria, íbamos a buscar las matas "bolinas" y arbulagas "aulagas" a algún secano de los alrededores del pueblo. Nosotros íbamos al cecanillo del Portel, cerca de los Llanos de Cantarrana. Armados con azaones de peto y un picohacha para cortar las duras raices de estas plantas. Una vez en casa las extendíamos en el huerto para que se secaran. Ni que decir tiene que pinchaban como el diablo, pero era lo que había.

Otro día teníamos que acarrear troncos de olivo, almendro y encina para hacer las "astillas" con las que mantener el fuego enorme para cocer la cebolla primero y calentar agua después para pelar al interfecto. También traíamos "carrucas" de olivo, que eran las "escarcias" o partes del tronco del olivo que se secaban, ardían como la tea y hacían muy buenas brasas para asar papas y "chicharras" el segundo día de matanza.
Mi madre compraba en el mercao "el testamento" que era el conjunto de especias molidas o no , que se utilizaban para hacer la morcilla -clavo, pimienta, canela, matalauva, pimentón-. Se compraba un testamento por cada cerdo, y el vendedor ya te pesaba lo necesario de cada una. Generalmente eran los hermanos "cascaracebolla", que también vendian tripas saladas en "mazos" y el preparado para hacer el salchichón y el chorizo de productos "Ruca". El dia de mercao también había que comprar las "sartas" de pimientos coloraos secos -generalmente de Válor- para las longanizas y adobos de costillas, papada y lomo. Y las naranjas de la gente de Ugíjar y los "peros" de los berchuleros y mecineros para el "día del gasto".

Tres o cuatro días antes de la matanza se hacía un amasijo de pan y otro de pan de aceite, además de las tortas en lata, galletas de horno, madalenas, rosqillas de vino y aguardiente y mantecaos para las fiestas de Pascua -entonces no se decían de Navidad- y es más: "Por Pascua de Navidad todos los hornos cuecen pan. Por la de Resurrección, unos cuecen y otros no." En mi casa, mi madre, guardaba todos estos dulces en las cestas de tapadera del día de S. Marcos y colgadas del techo -muy alto - de la despensa, al lado de los "cuelgos" de caquis, uvas, tomates de pera etc. Mis hermanos y yo, descolgábamos las cestas con una caña, cogiamos un puñao de mantecaos, roscos etc y salíamos pitando para el campo futbol o la puerta el Mesón a comerlos con los amigos. ¡¡Cuantas veces mi madre echaba mano de la cesta... vacía¡¡

Ya llegamos a los dós días anteriores al evento. Era el día del llanto, todos a moco tendío.... mientras pelábamos 10 ó 12 arrobas de cebollas para la morcilla. Al día siguiente se cocía. Todo el día una caldera en el fuego llena de cebolla que no paraba de soltar agua y había que ir sacándola con un cacico. La calle y el barrio olían a matanza y mientras el "mataor" afilaba sus cuchillos, mi padre preparaba los "camales" para colgar al difunto y los niños buscábamos sogas y ramales para hacer "el meceor" y echar "el cenacho".

Fuente de la información: Mensaje editado en el Foro-Ciudad de Cádiar por "PAVIBARNA".

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