domingo, 20 de septiembre de 2009

La Alpujarra de Bloomsbury

Fuente: libro de visitas de cadiar-alpujarra.com (infocadiar@gmail.com)
 
 
Bloomsbury, nombre del barrio cercano al Museo Británico, sirvió para denominar a una serie de intelectuales ingleses que durante el primer tercio del siglo XX destacaron en el terreno literario, artístico o social. Aquellos jóvenes empezaron a reunirse en torno a 1907 en casa de la escritora Virginia Stephen (después Virginia Woolf) y de su hermana Vanessa, casada con el crítico de arte Clive Bell. Si algo tenía en común un grupo tan heterogéneo, como señala uno de sus miembros, Gerald Brenan en su 'Memoria personal', era un gran desprecio por la religión, si bien también compartían todos la reacción contra la moral victoriana y el realismo del siglo XIX.
Integraron el grupo la mencionada escritora Virginia Woolf, su esposo, Leonard Sidney Woolf, los filósofos Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein, los críticos de arte Roger Fry y Clive Bell, el economista John Maynard Keynes, el sinólogo Arthur Waley, el biógrafo Lytton Strachey, el crítico literario Desmond MacCarthy, el novelista y ensayista Edward Morgan Forster, la escritora Katherine Mansfield y los pintores Dora Carrington, Vanessa Bell y Duncan Grant. Algunas de estas destacadas personalidades británicas fueron invitadas a España por el joven Gerald Brenan. El autor de 'El laberinto español', tras la primera Guerra Mundial y con su pensión de oficial del ejército, decidió buscar un lugar de fácil economía para dedicarse, en principio, a la poesía. El paraje elegido fue la localidad de Yegen, en la comarca granadina de la Alpujarra, pueblo al que llegó cargado de libros y de ideas. Fruto literario, y también vital, de aquella estancia fue 'Al Sur de Granada'. Los días de Gerald allá por 1920 en un lugar de gran atracción exótica para sus amigos británicos, por aquello de los 'abuelos' viajeros románticos, se vieron interrumpidos o animados con las visitas de Duncan Grant, Dora Carrington, Virginia y Leonard Woolf, Bertrand Russell, Lytton Strachey y Ralph Partridge.
«A ninguno de ellos le gustaba lo del grupo de Bloomsbury», dice el especialista Juan Antonio Díaz. «Era una denominación elitista y les molestaba mucho porque parecían un grupo de niños pijos despreocupados por la política», explica. «A la primera que no le gustaba nada ese nombre era a Virginia Woolf y tampoco a su marido, quien destacó por su militancia progresista», añade Díaz.
Más que una denominación de origen les unía la amistad, y ese fue el motivo de su visita a 'Don Geraldo', como le llamaban al joven inglés los lugareños de Yegen.
«Viajar a la Alpujarra en aquellos años era como ir ahora al Polo Norte, una travesía de riesgo, donde no había caminos y había que llegar a lomos de mulas», comenta Juan Antonio Díaz.
Brenan acudía a la estación de Granada a recibir a sus invitados. Algunos de ellos pernoctaban en Granada, como Leonard Woolf, quien quiso reunirse con un ciudadano británico que había sido gobernador británico de Nigeria. Desde Granada se trasladaban a Órgiva en autobús, que era donde entonces acababa la carretera. Desde Órgiva a Yegen se tardaba en mula ocho o nueve horas. En algunas referencias indican que pasaron la noche a mitad de camino, que debía ser en Cádiar, para llegar finalmente a Yegen.
«El mismo Brenan es quien mejor recoge las impresiones de sus amigos sobre su visita a la Alpujarra en 'Al Sur de Granada, porque las referencias al viaje son meramente anecdóticas», opina Juan Antonio Díaz.
«El viaje a España no inspiró obra creativa alguna a los visitantes de Brenan, a excepción de dos cuadros de Dora Carrington, pero sí existen referencias en cartas, diarios y algunos textos sueltos», ilustra el especialista en Filología Inglesa.
No obstante, los pintores Roger Fry, gran amigo de Brenan, Grant y la citada Carrington hallaron en el paisaje de la Alpujarra un motivo acorde con sus postulados estéticos de la forma pura.
La pintora
Carrington, sin embargo, no pudo evitar la tentación de retratar a su amante Gerald Brenan. Dora encarnaba a la bohemia por excelencia del grupo, aunque nunca consideró su pertenencia a Bloomsbury. Mantuvo una larga relación con el escritor homosexual Lytton Strachey y ocasionales relaciones lésbicas. Dos de sus romances documentados fueron con Mark Gertler, un conocido pintor inglés de la época, y con Brenan. Finalmente se casó con Ralph Partridge, pero vivió la mayor parte de su vida con Strachey. Cuando él murió de cáncer en enero de 1932, Carrington fue incapaz de superar su pérdida, suicidándose de un disparo dos meses después de tratar de asfixiarse en su coche. Esta historia fue llevada al cine en 1995 en la película 'Carrington', con Emma Thompson en el papel protagonista.
Fue especialmente épico el viaje del más excéntrico del grupo, el cáustico crítico Lytton Strachey. Llegó al frente de su triángulo amoroso, completado por la pintora Dora Carrington -antigua amante de Brenan-, que estaba insensatamente enamorada de Strachey pese a la homosexualidad de éste, y de Ralph Partridge, un machote mujeriego con el que Dora se había casado para retenerle junto a Strachey, que a su vez estaba loco por él.
Era un narcisista total y un exquisito incapaz de renunciar a las comodidades de su vida, fue un milagro que se dejara convencer por Dora e ir a lo que le parecía el infierno para visitar a Brenan. Hasta Granada, donde fueron en tren, él viajaba en primera clase y sus dos objetos sexuales en tercera, pero cuando tuvieron que montar en mula expió su egoísmo, pues padecía de hemorroides. Pese a todo, dijo lamentar la vuelta a la relativa civilización de Granada, pues en la Alpujarra se sintió fascinado por «este país grandioso, salvaje, violento, espectacular...».
Virginia Woolf visitó a Brenan en 1923, un viaje que alivió notablemente su estado depresivo. Los Woolf permanecieron dos semanas en Yegen, en casa de 'Don Geraldo', donde estuvieron hablando de literatura, según Virginia, doce horas al día. Ella defendía a Conrad, Thackeray y W. Scott, y no estaba de acuerdo con la alta opinión que Brenan tenía del 'Ulyses' de Joyce.
Gerald comenta en 'Al Sur de Granada' la visita de los Woolf y dice de Virginia: «La recuerdo como una persona totalmente distinta, corriendo por las colinas, entre las higueras y los olivos. Se me parece como una dama inglesa nacida en el campo, esbelta, escrutando la distancia con ojos muy abiertos, olvidada por completo de sí misma, en la fascinación por la belleza del paisaje y por la novedad de encontrarse en un lugar tan remoto y arcaico».
La visita de estos miembros de Bloomsbury, aunque les pese la etiqueta, también originó comentarios sobre Brenan. La misma Virginia describe al 'angloalpujarreño' como «un inglés que no hace nada sino leer en francés y comer uvas». Bertrand Russell consideraba a su amigo una especie de vividor y aventurero, mientras que Gerald tenía en el filósofo el ejemplo del «intelectual puro».
Las impresiones de aquellos visitantes de Brenan bien pueden quedar resumidas en las palabras del diario de Virginia: «Es la luz, desde luego: un millón de hojas de afeitar han quitado la corteza y el polvo, sale por todas partes el color puro, la blancura de las parras; el rojo, el verde, el blanco otra vez del enorme, encorvado, infinito paisaje».

Fuente de la información: Diario Ideal de Granada
 

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