Fuente: libro de visitas de cadiar-alpujarra.com
Ahora que está tan de actualidad el estado de nuestras carreteras y vías de comunicación, quizá sea el momento oportuno de realizar una mirada retrospectiva a las difíciles condiciones de acceso y comunicación que venimos padeciendo históricamente en nuestra Comarca. Para ello, nos vamos a apoyar en un estudio realizado por nuestro paisano Francisco García Valdarenas y publicado en la Revista de la casa de Cádiar, Yátor y Narila.
Las vías de comunicación en la Alpujarra según los viajeros románticos.
En el primer tercio del siglo XIX las condiciones de la red viaria de la provincia de Granada había variado escasamente con respecto a finales del siglo XVIII; a pesar de que algunas mejoras se habían acometido. En la Alpujarra, las cabeceras de los distintos partidos judiciales que la formaban estuvieron comunicadas con los pueblos de su área administrativa y judicial a través de simples caminos de herradura que durante el invierno se hacían impracticables, provocando el aislamiento de los distintos pueblos, especialmente los de la Alpujarra Alta.
A mediados del siglo XIX el estado general de la caminería continuaba siendo deplorable, tal como los describe Madoz, mostrándose la red de caminos que atravesaba el Valle de Lecrín, las Alpujarras y la zona del Litoral impotente para responder a las exigencias crecientes del trafico de personas y mercancías.
En el Diccionario de Madoz cuando se refiere a los caminos de los distintos pueblos de la comarca, se repite con mucha frecuencia que los caminos son locales, de herradura, malos, estrechos y a menudo intransitables por la climatología o por falta de medios para su reparación y conservación..."solo hay un camino carretero, escribe Madoz en 1850, que está declarado provincial y es el que se construye a la sazón para comunicar entre si las ciudades de Motril y Granada" . De esto deducimos que la red caminera principalmente era local implicando un limitado comercio entre la capital y las distintas comarcas de la provincia.
Cuando se refiere al partido judicial de Orgiva, dice: "solo hay un camino carretero que esta declarado provincial y es el que se construye a la sazón para comunicar entre si las ciudades de Motril y Granada. Esta obra, proyectada hace mucho tiempo, recibió un gran impulso desde que se habilitó para el comercio extranjero el puerto de Calahonda y varadero de Motril (1836-1840). Hay también un camino general de herradura que pone en comunicación la Alpujarra y Costa con Granada y otros puntos más lejanos; atraviesa de Este a Oeste el valle de Lecrín, entrando por la misma villa de Orgiva y Tablate, donde se incorpora con el anterior carretero de Motril, el cual continúa atravesando los pueblos de Beznar, Talará, Durcal y Padul. Los caminos son también de herradura y vecinales de los pueblos entre si, y para dar salida al general".
Refiriéndose al partido de Ugijar , escribe que "los primeros son locales y malos por lo escabroso del terreno, todos de herradura, luego que se concluya el arrecife de Granada a Motril, la comunicación con la capital será más cómoda, pues solo quedará entonces villa de mal tránsito el camino desde la villa hasta empalmar con dicho arrecife".
En el anteproyecto de carretera provincial de Cadiar a Orgiva, fechado el día 31 de octubre de 1880, por el ayudante primero de O.P.P. D. Juan Beltrán Sánchez, se hace alusión a las vías de comunicación del momento, diciendo que no hay más vías de comunicación que sendas escabrosas formadas por el paso continuo de los transeúntes y caballerías, y solo alguno que otro puente de remota antigüedad e inservible y deteriorado por el uso.
Pues bien, a finales del siglo XIX, el estado de los caminos sigue siendo penoso y lamentable, los viajeros románticos que la visitan: Didier, D´Avezac, Alarcón, Rein, Edmon Boissier, Wilkomm se encuentran con una Alpujarra aislada, sin carreteras ni caminos vecinales que llegasen a los pueblos del interior.
Pedro Antonio de Alarcón cuando visitó la Alpujarra en 1872, le sedujo "el infernal encanto de la incomunicación".6 Además nos describe los posibles pasos para acceder a la misma y cual siguió sobre el itinerario de Sierra Nevada desde Granada, escribe que " la Sierra no es franqueable en todo el año, sino algunos pocos días del mes de Julio ("entre la Virgen del Carmen y Santiago")....y eso con insufrible fatiga y peligros espantosos"."...Aunque el acceso por la parte de Guadix a través del Puerto de la Ragua, "al que conduce escabrosísimas sendas", es algo frecuente el paso en días muy apacibles, si bien nunca en el rigor del invierno; pero así y todo, se han helado allí en las cuatro estaciones, innumerables caminantes, de resultar de los súbitos ventisqueros que se mueven en aquel horroroso tránsito".
Sobre el camino de Lanjarón, que es el ordinario e histórico (este fue el camino que siguió en su viaje a la Alpujarra), porque según él, "entrar por la costa en el territorio alpujarreño no se avenía con mis ilusiones", dice que es el menos malo, pero a pesar de esto lo define como "áspero, difícil, arriesgado, pavoroso", sobre todo desde Orgiva al interior que se convierte el camino en "sendas de palomas".
También se refiere a la legua que separa Tablate de Lanjarón que es considerado camino carretero y que todos los días la recorre "a saltos mortales un coche especial que sale de Granada con tan azarosa predestinación".
En el libro de Rein, Catedrático de geografía alemán, publicado en Viena en 1899, nos habla de los difíciles caminos, veredas y sendas utilizados por los arrieros y que en los meses de invierno se convierten, a veces, en infranqueables y peligrosos. Escribe que "el interior de la región solo esta comunicado por caminos malos y accidentados, muy erosionados por el agua de lluvia......ni el Estado, ni los municipios se preocupan por el lamentable estado de estos caminos semisalvajes......por esta razón las Alpujarras están prácticamente aisladas, inaccesibles al tráfico rodado".
Según Rein, los accesos a la alpujarra por carretera y diligencia eran:
1º Desde Granada por el valle de Lecrín hasta Lanjarón, 40 Km. en 5 horas; hasta Orgiva, 50 Km. en 7 ½ horas.
2º Desde Motril pasando por Velez de Benaudalla y Tablate a Lanjarón; 32 Km. en 6 horas y hasta Orgiva, 42 Km. en 8 horas.
3º Desde Almería por Roquetas y Dalías hasta Berja, 52 Km. en 12 horas.
4º Desde Adra a Berja, 9 Km. en 2 horas.
Fuente de la Información: Artículo publicado en la "Revista de la Casa de Cádiar, Yátor y Narila" por Francisco García Valdarenas.
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